El ratón amarillo con pocas pulgas
Érase así que un ratón, una paloma y una araña lucían la perfección natural de la belleza humana. La gente que veía un ratón, usaba un escobillón de zanahorias y comenzaba a golpear el suelo y las murallas de la casa para que no se vieran o no molestaran. Cuando el ratón más bello apareció, la las personas lo empezaron a mirar extraño, entonces fue así que el ratón hizo malabares y bailecitos de cumbia, e inmediatamente la gente lo vieron tierno y adorable. La paloma por su lugar, la gente lo encontraban asquerosos y solían tirarles papeles con moquillo para que estas se las comieran. En ese día, un chico se había apartado de su casa, en aquel invierno que noche y día estaban en cada dos mitades de la ciudad. El chico buscaba su casa y moría de frío. La paloma lo miró consentido y apareció como un ave majestuosa, lo cubrió y el chico pasó a dormir un rato sin ningún problema. El chico luego despertó y esperó buscar refugio, entonces como la paloma blanca de bello dorado y cabello liso era listo como para encontrar alimento, fue a buscarle al chico una oportunidad de desayunar y encontró para él, una hamburguesa con papas fritas en una cajita feliz con una bebida. Consentido el chico se alimentó y se dirigió con la paloma en el gran camino hasta que pudiera hallar a sus padres. Sus padres se impresionaron por el ave y lo adoptaron, desde esa vez nadie tuvo una mejor ave que compartir que el ave más bella del mundo. Para finalizar, la araña, era odiada por ser venenosa y por ser peligrosa. La araña apareció, y la gente estuvo tan conmovida por sus actos, que… ¡la pisaron, la barrieron, la machacaron, la golpearon, le hicieron el hula-hula y lo usaron como una pelota de tenis hasta que la araña arrancó!, si, esa era la realidad, la araña ayudaría siempre a la gente, pero la araña siempre sería pisoteada.
La moraleja es: “Hay cosas que se ven por el corazón, aunque los ojos digan que el tema se llame ratón amarillo con pocas pulgas”
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